La música y el machismo
- Noemi Fajardo

- 17 mar 2021
- 3 Min. de lectura
En los últimos cinco años uno de los géneros que más se ha intensificado ha sido el reggaetón, pero desde que soy niña este genero en lo personal no me gusta y conforme he crecido mi rechazo a ese género se mantiene, en parte por su ritmo, el cual es el mismo en todas sus canciones, pero la principal razón es por las letras, las cuales en gran parte es de contenido sexual, degradación, cosificación y violencia hacia la mujer.
Por varios años las mujeres hemos tenido una lucha para lograr la equidad de género y con ello se nos deje de ejercer violencia de género, por lo cual en tiempo para atrás hemos comenzado a evitar consumir productos, artistas y más que fomenten cualquier tipo de discriminación o incluso daños en el ambiente, pero ¿qué sucede si el reggaetón fomenta la violencia y seguimos consumiendo esto?
Si bien, no en todas las canciones su contenido es así, y sé lo que muchos dicen sobre otros géneros como el rock y metal que tienen letras violentas, no lo niego, hay varias bandas con letras misóginas y denigrantes, pero también eso habla sobre qué decidimos escuchar y consumir. Al saber e identificar qué canciones del metal o el rock o cualquier otro género que tengan este contenido se puede evitar, incluso realizar denuncias sobre cantantes y bandas, y con ello lograr que se retire su contenido, tal fue el caso de Johnny Escutia.
Pero mi crítica en especial por el reggaetón es porque aquí no es una entre muchas canciones que tienen este contenido, un estudio que se realizó por la Universidad de Chile, analizaron 70 canciones de reggaetón, 59 de estas canciones tenían contenido sobre violencia hacia la mujer, esto es un 84%, entonces ¿Cómo encuentro el 16% de canciones de reggaetón que no tienen contenido violento?
Sin embargo, cuando se les cuestiona a las personas por qué continúan consumiendo artistas como Bad Bunny, con letras como “si tu novio no te mama el culo”, a sabiendas de esto, uno de los argumentos es el consentimiento o la aprobación, y sí, cualquier persona es libre de decidir que escuchar y consumir, pero ¿por qué aceptar letras en las que se nos sexualiza, cosifica, denigra y objetiviza? ¿No es esto contrario a lo que hemos pedido por años?
Soy mujer, y yo si me siento agredida al escuchar estas letras, yo si me siento denigrada, y tal vez pensarán, es tu problema, sí, tal vez tengan razón, así que hagan el siguiente ejercicio, pongan una canción de las más populares, como la antes mencionada de Bad Bunny, si le quitamos el ritmo, ahora salgan y digan la letra en la calle o en un lugar público, ¿no suena igual de acosador que un piropo en la vía pública?
Y es probable que nada de lo que les esté escribiendo les guste, pero así es esto, si queremos lograr un mundo más equitativo, necesitamos dejar de consumir contenido que normalice este tipo de acciones, y aplica para música, series, películas y demás.
No sirve de nada que diga que “yo no soy machista”, pero si me burlo de una mujer que disfruta de su sexualidad. O “yo no discrimino”, pero me burlo de una persona que es bajita.
Tenemos que ser congruentes con lo que hacemos y pedimos, porque solo hacer lo que nos conviene también nos hace parte del problema, aunque sea algo que nos guste, aunque sea algo que nos agrade, porque si seguimos sin ser congruentes, simplemente somos hipócritas y doble moral.
Quieres un cambio, comienza por ti.








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